Una nueva promoción de 2º de Bachillerato dice «hasta siempre» al colegio. Una expresión tan real como sentida. Así se demostró y se vivió en la emotiva ceremonia de graduación en la que 50 jóvenes, que han pasado su vida escolar como miembros de la familia marista, recibían las tres violetas con las que recordarán con una sonrisa tan sincera como llena de gratitud todo lo vivido en el colegio.
Una trayectoria cargada de vivencias. De alegrías y sinsabores. Algunos recordaban cuando, hace quince años, se abría ante ellos un espacio tan desconocido como ilusionante. Una aventura para la que, rápidamente, fueron encontrando compañeros de viaje. Otros compañeros se fueron incorporando a mitad del camino, pero todos recordaron con una sonrisa en la cara y alguna que otra lagrimilla en el carrillo, la huella que dejan en el colegio.
Ahora es momento de salir al mundo y luchar por transformarlo en un lugar mejor. La promoción del 23 tiene las herramientas necesarias para ello. Las han ido dando forma durante todos estos años. La ilusión, la capacidad y las ganas de hacerlo también forma parte de ellos. Es el momento de transformar esos sueños, que han ido creciendo en cada uno, en las realidades que desde el colegio se seguirán viendo con alegría y orgullo.