Generación a generación, la familia marista crece. Cada año una promoción nueva sale del colegio dispuestos a labrarse un futuro y a transformar el mundo. Que uno no deja nunca de ser marista lo demuestran jornadas de convivencia como la que han protagonizado las promociones que dejaron el colegio hace 10 y 50 años.
La celebración en la capilla ha centrado este día de reencuentros lleno de recuerdos y sonrisas de amistad. Un motivo más de alegría el poder comprobar cómo año a año se mantiene el contacto y cómo el espíritu de familia que define el colegio se continúa vivo.