Estamos concluyendo el primer trimestre de este curso tan especial.
Un curso marcado por ciertos miedos e inseguridades, con unas disposiciones nunca antes vividas, incierto en su desarrollo y temido por lo que pudiera presentarse.
Pero un curso enfrentado, y creo que resuelto, con ganas y mucha ilusión, vivido con constancia en la entrega al cuidado de la salud y al trabajo, llevado a cabo con profesionalidad y mucha dedicación por parte de todos.
Gracias por todo lo que habéis hecho en este sentido y que nos ha permitido mantener la presencialidad de las clases, el desarrollo de los programas y objetivos así como toda la vivencia colegial.
Seguimos confiando en el buen hacer y responsabilidad de cada uno de los alumnos, profesores, personal de servicio y familias, en la protección de nuestra Buena Madre y en la ayuda del Señor que camina con nosotros.
Desde aquí os seguimos invitando a mantener estas actitudes en estos días de vacaciones en vuestras casas, en vuestras familias, en nuestra ciudad, …
A velar con responsabilidad en nuestros cuidados y cumplir las normas sanitarias de modo que el día 11 de enero volvamos a continuar nuestro curso y todo lo que en él vayamos haciendo.
Nos animamos, también, a mirar hacia nuestro interior, a abrir nuestro corazón y dejarnos iluminar por esta LUZ que se nos ofrece gratuitamente para alumbrar nuestras pequeñas oscuridades, acompañar nuestras dolencias, fortalecer nuestros pasos, escuchar la Palabra que nos guía y acoger el mensaje que nos ofrece para ser «hogares de luz».
De modo que sea “NAVIDAD”, que sea “NACIMIENTO”, que sea “BROTE DE VIDA” en cada uno de nosotros, en nuestras familias y en nuestra sociedad que tanto lo demanda.