Coincidiendo con el claustro de fin de curso, el colegio concede las distinciones que tratan de reconocer y valorar la labor por la que distintos agentes educativos han tenido especial relevancia. No están todos los que son, pero…, como suele decirse, claro que son todos los que están. Y lo son por merecidos.
Un reconocimiento especial ha sido para Javier García. Ocho años coordinando las etapas de Infantil y Primaria. Gestión, coordinación, cuidado y atención de cada profesor y cada alumnos. Trabajador incansable. Observante del detalle. Capaz de detectar la necesidad y presto a buscar la respuesta adecuada. El claustro del colegio ha agradecido a Javier estos ocho años de servicio en el que le sustituirá, a partir del próximo curso, Daniel San Vicente.
No menos merecido es el reconocimiento con el que se ha distinguido al Hermano José María Corral. Reflejo de vocación marista. Vocación de servicio, vida entregada a los demás. Pilar del colegio desde la generosidad callada. Gesto amable, sonrisa sincera y palabra certera. Siempre con un momento para recibir y dar respuesta desde a lo más urgente hasta a la petición del más pequeño del colegio. Quien ha sido Director, administrador, profesor, misionero…, y siempre, hermano.
Otra distinción es la que ha reconocido los años de servicio humilde de Pedro Monclús. Ejemplo marista de que no es posible educar sin mostrar cariño en cada gesto. Sería muy difícil entender el Club Deportivo sin su figura. Pedro encarna lo que significa formar y ayudar a ser desde el deporte. Capaz de formar grandes jugadores y jugadoras de baloncesto, pero, sobre todo, guiando y acompañando a cada jugador en su crecimiento humano. Y sabiendo hacerlo, en un momento clave de su formación, desde el predicar con el ejemplo.
El trabajo y la dedicación a la protección de la Infancia capitaneando el Plan Contigo de Protección a la Infancia en el colegio realizado por Ana López durante los últimos años en el colegio la ha hecho merecedora de otro reconocimiento. El del trabajo y el esfuerzo velando por el bienestar de todos y cada uno de los niños y niñas y por sus desvelos para garantizar que puedan vivir y crecer en un entorno seguro y feliz.
Cuatro ejemplos de compromiso generoso por los que el colegio se alegra, se felicita y coge impulso para seguir preparando un próximo curso en el que acompañar, educando, el crecimiento de otro grupo de jovencitos y jovencitas que quieran ayudar, con su vida, a ser ejemplos de vida generosa que ayude a transformar el mundo en un lugar mejor.