Una semana dedicada a la observación y al aprendizaje, a la escucha y al descubrimiento, a la reflexión y…, a la vocación. Muchos han sido los testimonios de personas que han venido al colegio y que han contado cómo que han hecho de su vida un ejercicio de búsqueda de la felicidad cumpliendo un sueño. Persiguiendo aquello a lo que estaban llamados.
Cinco días para visitar lugares y conocer experiencias en las que formar parte de aquello que para algunos era un sueño y con el tiempo se ha convertido en su forma de vida.
Desde 1º de Infantil hasta Bachillerato, todos los cursos han trabajado desde la búsqueda. Una búsqueda que comenzaba el lunes, intentando encontrar dentro de cada uno las fortalezas y los talentos que pudieron poner en prueba. El martes, día para la expresión de los propios dones, los de los compañeros y los de las personas que se acercaron por el cole para compartir su experiencia.
El miércoles la búsqueda trasladó la clase fuera de las paredes del colegio. Experiencias de solidaridad, de contacto con la naturaleza, con el mundo empresarial y el arte, con la universidad y la sociedad.
El jueves la jornada se dedicó al trabajo de integración. Combinar lo que se conoce de cada uno con las distintas posibilidades de acción que hay. Proponerse retos y superarlos.
El viernes, fin de fiesta. Recoger todo lo trabajado y plasmarlo de forma simbólica en una escalera que representa el camino a seguir por el colegio. Querer ir a más. Mirar alto, soñar y luchar para alcanzar las metas disfrutando del camino.